Gisèle




«Maïa, amor mío, querría saber decirte cuánto deseo que todo esto permanezca, nos permanezca, nos permanezca siempre.

Mira, tengo la impresión, al ir hacia ti, de dejar un mundo, de oír puertas dar portazos a mis espaldas, puertas y puertas, porque son numerosas las puertas de este mundo hecho de malentendidos, de falsas claridades, de engaños. Quizá me queden todavía otras puertas, quizá no haya cruzado aún toda la extensión sobre la que se extiende esa red de signos que inducen al error –pero llego, ¿me oyes?, me acerco, el ritmo —lo siento— se acelera. Los fuegos engañosos se apagan uno tras otro, las bocas mentirosas se cierran sobre su baba —nada de palabras, nada de ruidos, ya nada que acompañe mi paso—.
Estaré ahí, a tu lado, dentro de un instante, dentro de un segundo que inaugurará el tiempo

Paul.»


Carta de Paul Celan (Czernowitz, 1920) a la que en breve sería su esposa, la artista Gisèle Lestrange (Paris, 1927), escrita el 7 de enero de 1952.




Dedicado en el día de su aniversario a mi amada esposa, por la cual cruzaría todas las puertas, traspasaría cualquier alambrada de espino —infames todas—, caminaría sobre el más delgado y frágil hielo, irrumpiría en ciento noventa y cinco senados perversos o gatearía sobre aterradoras arenas movedizas, si lograra así volver con ella. Aunque fuera tan solo un ratito. En sus brazos. En su cuello y mejillas.




Pintura témpera y carboncillo sobre lienzo "Retrato de Ida Rubistein" (Portret Idy Rubinshteyn, 1910), de Valentín Aleksándrovich Serov (Sankt-Peterburg, 1865).
Museo Estatal Ruso (Gosudarstvennyy Russkiy muzey), Sankt-Peterburg.




Pieza musical "Annette" (2023), compuesta e interpretada por Hania Rani (Gdansk, 1990).