La puerta



Quien haya perdido la esperanza y la alegría,
quien ya no tenga fuerzas para nada,
que llame a esta puerta.
No es gran cosa:
no da acceso a templos de saber ni de fe,
ni tampoco al lujo, la belleza o la fama.
Es solo una puerta humilde y desvencijada,
donde el paso del tiempo y las penurias
han dejado innumerables marcas.
Desde lejos se aprecian sus crujidos y grietas:
es una puerta antigua, cansada.
Al que llame, que lo sepa:
al otro lado no le esperan
pasiones de leyenda,
lugares de ensueño,
cofres de riquezas.
Contiene paredes, techo, suelo,
algunas risas y muchas lágrimas.
Pero la puerta es eterna y sabia.
Y el miedo, el rencor,
la envidia, la rabia…
desparecen al cruzarla.
Si careces de ilusión y energía,
si crees que todo es en vano,
apresúrate y llama.
Hazlo suavemente, sin dogmas,
sin violencia, sin intolerancia…
…Y tuyo será el único don humano:
sentir a otro colmando tu alma.


Poema "La puerta" (abril de 2019), de la Niña del Mar, dedicado a su esposo en el día de su aniversario.


Pintura “Pesimismo y optimismo” (1923) de Giacomo Balla.