En prisión



Dijo el sabio que todos somos reos condenados a penas de muerte irrevocables.
Por eso no importa el lujo o la comodidad de nuestra prisión, ni la amabilidad o crueldad de nuestros guardias, ni la esperanza o el escepticismo ante un posible indulto que jamás llegará. Lo único realmente importante es con quien compartes la celda.
Si el cautivo que está a tu lado es la persona adecuada, las cadenas se rompen, los muros se derriban y puedes volar a través del espacio y del tiempo: su presencia te hace infinito e inmortal. No hay nada, no hay nadie, que pueda retenerte, ni siquiera tus captores o esa sentencia que nunca se conmutará.
Así que te miro a los ojos, mi amado compañero de presidio, y te cojo las manos, para poder darte las gracias, y de forma parecida a la de otro sabio, declarar: «La muerte morirá».*

[*Los sabios son Albert Camus y John Donne]


Texto "En prisión" (abril de 2018), de la Niña del Mar, dedicado a su esposo en el día de su aniversario.


Pintura “Esperanza en una prisión de desesperación” (1887) de Evelyn De Morgan.