Robot
"HELMAN: No son sensibles, son agudos, estremecedoramente agudos, pero nada más. No tienen voluntad propia. No tienen pasiones. No tienen alma.
ELENA: ¿Ni amor, ni deseo que resistir?
HELMAN: No. Los robots no aman, ni siquiera se quieren a ellos mismos. ¿Y deseo que resistir? No sé. Muy rara vez, muy de vez en cuando...
ELENA: ¿Qué?
HELMAN: Nada en particular. De vez en cuando parecen estar fuera de sí. Algo semejante a la epilepsia. Le llamamos el calambre del robot. De pronto se les cae de las manos todo lo que tienen en ellas, se ponen rígidos, les rechinan los dientes... y hay que llevarlos a la trituradora. Evidentemente es alguna avería en el mecanismo.
DOMIN: Alguna imperfección que hay que hacer desaparecer.
ELENA: No, no, es el alma.
FABRY: ¿Cree usted que el alma se hace visible en el rechinar de los dientes?
ELENA: No sé. Quizá sea un signo de rebeldía. Quizá sólo sea una señal de lucha."
Dedicado a la niña del Mar, mi mujer soñadora, cuya empatía no tiene fín.
Texto de la obra teatral 'R.U.R.' (1920) de Karel Čapek.
Canción 'Robot'(2004) del grupo Antònia Font.
Ilustración de Jochem van Wetten.